lunes, 17 de noviembre de 2014

Entrenamiento trail-running por Cercedilla.- 16-11-2014. Cercedilla (Madrid)

El pasado domingo nos acercamos un grupo de amig@s para disfrutar de dos de nuestras aficiones, la montaña y correr.



La mañana amanecía fresquita y ya en el parking de las Dehesas pudimos darnos cuenta de que el tiempo no iba a jugar a nuestro favor. Con SuperSu, Patrikilian y los "noveles" en esto del trail Guille, David y Carlos, compañeros del Club Polideportivo Getafe que buscan explorar nuevos senderos en aquello del arte de correr, comenzamos a subir por la calzada romana rumbo al puerto de la Fuenfria, para posteriormente poner rumbo a nuestro objetivo de hoy, Peña del Águila.
La subida como siempre, dura, 4 kilómetros que comienzan bravos y que tenemos que dosificar siempre si queremos disfrutar la bajada con algo de piernas, llegamos al puerto con la agradable sorpresa de cruzarnos con otro grupo de trailrunners, ellos ya de vuelta, bajaban de Cerro Minguete y nos avisan de lo complicado del tiempo arriba, sopla mucho viento y está nevando.

 La cima de Cerro Minguete es muy diferente a la Peña del Águila, mucho más resguardada y con tan sólo un tramo de unos 100 metros donde el resguardo de los pinos nos abandonará, por lo que continuamos con nuestro objetivo, primero por la calle Alta hasta el collado de Marichiva, y posteriormente por el GR10, que nos subirá a Peña Bercial y finalmente a Peña del Águila.
La nieve, depositada primero a los lados de nuestro camino, comienza poco a poco a cubrir nuestro horizonte, pocas pisadas además de las nuestras muestran esta nieve, que nos muestran un paisaje tipicamente invernal. Siempre es una gozada correr con nieve, aunque el viento comienza a ser molesto, y apretamos un poquito con el fin de quitarnos la parte más alta lo antes posible y comenzamos la bajada.
Esta bajada suele ser muy divertida, pero se ha complicado un poco y hasta que no nos hemos resguardado en el bosque de nuevo no podemos "dejarnos llevar" por el bonito sendero.
Antes de llegar al collado de Cerromalejo, que separa Peña del Águila y La Peñota, hacemos una breve parada, para comentar cómo está siendo la experiencia para los novatos, y las sensaciones vividas en la parte más alta y expuesta al frío y viento. Conclusiones positivas de esta primera parte de la ruta, y queda lo mejor, la bajada!
Del collado a la Calle Alta baja un sendero rapidísimo, el cual creo que además de ser la parte más divertida, es una magnífica zona para entrenar las bajadas. Comenzar a rodar es lo que más nos cuesta ahora, el frío y el parón nos han pasado factura y el pequeño tramo de 4 km que nos resta hasta el Collado de Marichiva nos suponen un reto que, con risas y fotos, lo disfrutamos de forma distinta.
Cogemos el camino del Agua, que nos bajará directo y en poco menos de 3km a Casa Cirilo, donde nos espera el avituallamiento final: caldito y ración de torreznos para equilibrar la balanza!
La experiencia ha sido muy instructiva y a todos nos ha servido para sacar conclusiones, ya sea por el primer contacto con el trail, o bien con las reflexiones sobre condiciones meteorológicas y el equipamiento que hay que llevar. Además, el entreno nos ha salido bastante completo, con 16,5 km y 800m de desnivel positivo, nos vamos todos con una sonrisa en la boca y pensando en la próxima escapada, así que...
DAME MONTE!!!

martes, 4 de noviembre de 2014

Fin de semana de senderismo por Irati.- 31-10-2014. Otsagabia ( Navarra)

Cuando entras en un lugar que lleva siglos considerándose mágico sientes que retrocedes en el tiempo, comprendes entonces los inicios del senderismo, pasear por estos parajes es un auténtico placer que, independientemente de tu estado de forma, tu amor por la naturaleza o tu pasión por el deporte, hace que disfrutes de una mañana de manera singular. Uno de los hayedos más grande de Europa, la Selva de Irati, en Otoño es el ejemplo por excelencia de este tipo de lugar, donde pasear es un privilegio que el ser humano lleva disfrutando desde tiempos inmemoriables, y que, por suerte, nosotros hemos podido disfrutar estos días.

El fin de semana ha sido especial en todos los sentidos. Hemos descubierto Otsagabia, posiblemente uno de los pueblos más bonitos y con más encanto del Pirineo (y hay muchos, y muy bonitos, lo aseguro), con sus casas blancas, sus balcones repletos de geranios, sus calles empedradas y con una tenue iluminación que, aderezada con la nieblina que surgía de su río, te trasladaba por instantes a lo más profundo de ciudades como Brujas o Gante.
La expedición comenzó el viernes, con llegada y asentamiento del grupo que partíamos de Madrid, formado por Jorge, Khala, Mathias, Shiva, Bea, Lola, Carmen, FuFo y un servidor, en el camping de Osate, lugar perfecto para dirigir todas nuestras operaciones, a excasos 20 km del centro de Irati, desde donde parten gran cantidad de rutas, y origen de las nuestras.


Para la ruta del sábado se unieron Eloisa, Edu y Auito, que directamente desde Pamplona, se acercaron para poder compartir la jornada con nosotros, y aportar un poco de historia y cultura de la zona a nuestro paseo, y por supuesto, una compañía de lo más grata y amena.
Aparcamos en el parking de las Casas de Irati, y remontando el rio Urbeltza por la izquierda llegamos a la zona del Itsuosin o del Cubo, unas pequeñas cascadas con aguas azules, salpicadas por los colores del otoño en Irati.
El cámino continuó por GR hasta un antiguo molino, desde donde podiamos ver cómo un pequeño torrente alimentaba las aguas del rio principal, y cuyas orillas marcaban nuestro rumbo en forma de senderos, es la primera vez que necesito usar la señal de "vado" en un mapa (un muñeco sobre las aguas), pero pronto nos dimos cuenta que su significado no era otro que "¡descalzaté y prueba el agua, que vas a reactivar tu circulación!"
Comenzamos a subir, y pese a que nuestro objetivo principal de subir el Ori, el pico más alto de la zona, perdía fuerza (entre otros motivos, porque no dejabamos de parar para contemplar la belleza del entorno), nosotros continuamos con nuestra ascensión hasta encontrar un lugar idóneo donde comer, y tras desandar un poco nuestro camino, tomar el sendero de la orilla opuesta del Urbeltza con destino a las Casas de Irati, punto de partida y destino de este estupendo día.

Tras el bonito paseo de 6 horas por este maravilloso hayedo, volvimos a Otsagabia para poder disfrutar también del entorno gastronómico de la zona, y vaya que lo hicimos. Pese a ser el fin de semana "fuerte" del año en cuanto a turismo se refiere, encontramos varios bares donde poder hacer apetito hasta la cena. Bien asesorados por nuestros amigos de la zona, cenamos (con celebración incluida) y brindamos con Basaka ( licor típico de la zona hecho con manzana silvestre), con la certeza de que estabamos en una reunión que repetiremos sin lugar a dudas en el futuro.



El domingo nos quedamos sólo el grupo de Madrid, el tiempo refrescó un poco más, y la ruta sería corta, porque nos quedaban por delante algo más de 5 horas de viaje, por lo que, recogimos nuestro campamento y volvimos a poner rumbo al parking de las Casas de Irati.
La excursión, de unas 4 horas de paseo por el centro del parque, llegaría hasta el inicio del embalse de Irabia a través de un sendero muy noble que recorre junto al Rio Irati los rincones más bonitos de este hayedo.
 Los árboles, el musgo, las setas, las piedras de sus ríos, el murmullo de las hojas y el silencio de este inmenso bosque describen la naturaleza en estado puro, lo bien conservado que tienen el parque es un claro ejemplo a seguir por el resto de las administraciones, y es que el respeto por la naturaleza nace tanto del visitante como del visitado.
Tras un fin de semana genial, tanto para nosotros como para los perros, que no pararon de disfrutar
desde el principio, y tras largas conversaciones con mis compañeros de viaje, saco la conclusión de que es un lugar auténtico donde poder estar en armonía con la naturaleza, teniendo la posibilidad de poder hacer rutas tanto de senderismo, teniendo accesibles picos desde donde poder observar todo el entorno, como de MTB, el parque está muy bien indicado y grandes pistas lo recorren entero. Por supuesto, tanto primavera como otoño son las fechas clave de este destino, aunque la posibilidad de hacer esquí de fondo o disfrutar de una jornada veraniega a la sombra y frescor de este hayedo no limitan en ningún momento la época del año en la que visitar esta maravillosa selva, donde cada rincón es pura magia y las jornadas se disfrutan desde el inicio hasta el final.
Volveremos sin duda, ¿quizás con vuestra compañía? eso esperamos, mientras tanto recuerda: disfruta y...
Dame Monte!